Esta naturaleza sin respuesta prefiere perderse entre la inmensidad que remar hacia la nada.
Que llueva, que mude mi piel y mis cascaras las recoja el que alardea. Exhibieron a la virtud y así murió en plena escena.
Dijo: “Me codician y me halagan, pero ya nadie me saborea. Y luego ellos dicen que brillan, yo diré que si, pero igual que brillan las barracas de feria“.
Que llueva , que el vaho de los fantasmas no empaña mi cristalera.
dichoso dilema éxito/talento
ResponderEliminarcómo fueron esos conciertos?