Como si fueran los cordones del chico de los cafés, recolecto maneras de perder las formas,
dándole a mi cuerpo sus sincopas necesarias dentro del ritmo.
Llevo todo el día escribiendo el próximo guión en mi cuarto,va a ser precioso pero aun no soy capaz de encontrar una caña que le valga este hilo. Necesito respirar por el paseo, cerrar los ojos y recordar porque mi música preferida es el swing, eso quiere decir juntar el sonido de mis pasos con el de mis latidos. Supongo que soy un cable a tierra que crea para reconocerse.
Campo a través, aun soy un botones , hago crepês con las corazas que me envuelven , aunque algunas noches tras tanto enredo amanezco sin suelo liso y no queda otra que saltar a la comba. Así entendí que ninguna herida de guerra tiene formula, son cosas de palos y piedras. Sentado en la ducha por fin un momento del día que no tiene horas. Recuerda tus recitales en tiempos de escurrir la esponja, te espero en el delta besando la playa.
Yo no la conocía, fue una lágrima mía quien me presento a aquellas silaba, apareció acompañando a la primera gota que salpicó, era mi verdad, la que esperó a que me diera por vencido, se estaba derramando el volcán de nuestro secreto…