domingo, 22 de enero de 2012

Dear Laila.

Como si fueran  los  cordones  del  chico  de  los  cafés,  recolecto  maneras  de perder las  formas,
 dándole a  mi cuerpo  sus  sincopas  necesarias  dentro  del ritmo.


Llevo todo el día escribiendo el próximo guión en mi cuarto,va a ser precioso pero aun no soy capaz de encontrar una caña que le valga este hilo. Necesito respirar por el paseo, cerrar los  ojos y recordar porque mi música preferida es  el swing, eso quiere decir  juntar el sonido de mis pasos  con el de mis latidos. Supongo que soy un cable a tierra que crea para reconocerse.
Campo  a  través, aun soy  un  botones , hago crepês  con  las   corazas  que  me envuelven , aunque algunas noches  tras  tanto  enredo  amanezco sin  suelo liso  y no queda  otra  que saltar  a  la comba. Así entendí que ninguna herida de guerra tiene formula, son cosas de palos y piedras. Sentado en la ducha por fin un momento del día   que no tiene horas. Recuerda  tus recitales  en  tiempos de escurrir la esponja, te espero en el delta besando la playa.
Yo no la conocía, fue una lágrima mía  quien me presento a  aquellas silaba,  apareció acompañando a la primera  gota que salpicó, era mi verdad, la  que esperó a que me  diera por  vencido, se estaba derramando el volcán de nuestro secreto…

1 comentario:

  1. alguna vez he intentado esconderme de la luz, pero acabo por taparme los ojos; a mi ritmo con banda sonora sonando swing.
    Soñador saborea.
    Nos veos pronto, lo prometo

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